I MARCHA DE LAS FLORES A VILLAESCUSA DE PALOSITOS

Sobre las 12 de la mañana del día 29 de abril de 2006 nos dimos cita en la Casa de Arriba de la finca de Briones que, amablemente y por eso le mostramos nuestro público agradecimiento, nos abrió las puertas de la explanada de la casa para que dejásemos allí los coches. En ese punto de encuentro teníamos que esperar a los peregrinos de la Ruta de la Lana, que venían caminando desde Salmerón. Como éstos se retrasaban la mayor parte de los asistentes decidieron comenzar la marcha hasta Villaescusa llegando a la puerta, supuestamente ilegal, colocada en el camino público que desde tiempo inmemorial une Villaescusa y Peralveche y que siempre hemos transitado con absoluta libertad. La foto corresponde al "tapón" producido a la altura de la puerta.

Mientras tanto un pequeño grupo nos quedamos a esperar a los peregrinos de la Ruta de la Lana que venían con algo de retraso. En este tiempo de espera un número de la Guardia Civil me pidió el D.N.I. para tomar mis datos sin que, hasta el momento, sepa el alcance de esta actuación ni qué la motivó, eso sí, se preocuparon de hacerme responsable de cualquier incidente que se pudiese producir, incidentes que no se produjeron porque no estaba ni en el ánimo de los organizadores, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Cuenca, ni en el ánimo de ningunos de los participantes.
El grupo se va ampliando y los asistentes se arman de paciencia, mientras, el tiempo pasa aguantando un sol de justicia, cambiando impresiones sobre lo que está ocurriendo y que no terminamos de entender porque las explicaciones que nos está dando la Guardia Civil no son nada convicentes.

La puerta sigue sin abrirse y la espera empieza a impacientar a los asistentes que, no obstante, parecen emular al santo Job, ante el supuestamente ilegal cartel de "Villaescusa prohibido el paso" en el camino que siempre ha sido público.

La Guardia Civil nos explica que el dueño parcial de Villaescusa les ha exhibido documentos en los que, según él, los caminos le pertenecen y nos dicen a nosotros que reclamemos al juzgado la titularidad pública para poder pasar, además, a los propietarios de la única casa particular que queda del desaparecido pueblo, les pide que allí, en ese momento, les acrediten con la escritura o recibo de contribución la propiedad que aducen, ¿alguien en este país libre sale de su casa con la escritura debajo del brazo o el recibo de la contribución para ir acreditando la propiedad?, menos mal que no nos pidieron que acréditasemos que teníamos familiares enterrados en el cementerio municipal de Villaescusa porque, seguramente, ninguno llevábamos la partida de defunción de nuestros seres queridos.

Así las cosas la indignación de los asistentes fue en aumento, por lo que el cabo primero de la Guardia Civil al mando se ofreció como intermediario entre el dueño parcial y nosotros para obtener el "permiso necesario para abrir la puerta", por cierto y curioso, la Guardia Civil era portadora de la llave del candado.
A la vuelta de sus gestiones la Guardia Civil dice que el dueño parcial accede a que pasen únicamente las personas que porten flores hasta el cementerio, lógicamente este ofrecimiento es rechazado por todos los presentes, incluidos los peregrinos de la Ruta de la Lana, que proseguían su caminar hasta Viana de Mondéjar. Ante la rechifla por este ofrecimiento de nuevo la Guardia Civil vuelve a parlamentar con el dueño parcial trasladándole nuestra exigencia de llegar hasta todos los lugares públicos y religiosos de Villaescusa.

El tiempo sigue pasando, son ya las 3 de la tarde y, hasta las flores, se resienten de la solanera.
Seguimos esperando ante la puerta cerrada a cadena y candado, custodiada en todo momento por la Guardia Civil, a la espera de poder lograr pacíficamente su apertura y poder visitar el cementerio municipal, la iglesia románica de Villaescusa propiedad del Obispado de Sigüenza, la chopera municipal de El Prao La Fuente, las fuentes públicas de El Coso y El Gamellón, la plaza pública de El Coso, llegar hasta los edificios públicos del Ayuntamiento y las escuelas, pasear por las calles públicas del desaparecido pueblo, detenernos ante el juego pelota donde muchos de nosotros hicimos algunas manos...

En fin recordar tiempos que ya no volverán pero que están en la mente de todos nosotros.
¿Por cierto, si llamamos a ese teléfono nos abrirán la puerta, si no para qué lo ponen?
Desde el lugar en el que nos encontramos, detenidos en nuestra marcha contra nuestra voluntad, el objetivo de alguna cámara ha captado una imagen de la iglesia románica de Villaescusa, lugar al que anhelamos llegar ya que su rehabilitación es uno de los motivos principales de esta marcha.

Su entorno es bastante diferente al que reside en la retina y en la memoria histórica de la mayoría de los asistentes. ¿Qué ha pasado con las casas y calles que rodeaban la iglesia? ¿Ha dado el Ayuntamiento de Peralveche permiso para su demolición? ¿Ha dado el Ayuntamiento de Peralveche permiso para sepultar sus calles y plazas bajo toneladas de escombros?
Por fin sobre las 15:30 la Guardia Civil nos abre la puerta comunicándonos que el dueño parcial ha accedido a nuestras justas peticiones, aunque limitando la estancia en los lugares públicos a una hora, esta increíble limitación de estancia en sitio público, ejercida por un particular que no es dueño de los lugares públicos que vamos a visitar y transmitida con toda naturalidad por la Guardia Civil, es aceptada a regañadientes pero nuestro sentido común nos aconseja que dado lo avanzado de la hora, el tiempo al sol que llevamos y sin comer y la avanzada edad de algunos participantes, que es preferible aceptar con independencia de lo que posteriormente y libremente decidamos hacer.

Los pacíficos caminantes comenzamos la suave bajada, con la iglesia románica de Villaescusa de Palositos al fondo, y divisando la chopera municipal de El Prao La Fuente.
Al llegar a la chopera municipal de El Prao La Fuente, para sorpresa nuestra, nos la encontramos vallada y no precisamente por el Ayuntamiento de Peralveche. Alguien no quiere que la sombra de sus chopos nos cobije y nos refresque. ¿Se habrá convertido en propiedad privada?
Parece que habrá alguna sorpresa más.

Por fin entramos en Villaescusa pero, nueva sorpresa, somos desviados del camino primitivo y, por lo tanto, de la que siempre ha sido la plaza pública de El Coso, en esta ocasión vallada en todos sus accesos. Para poder dirigirnos hacia la iglesia, vigilados en todo el recorrido por la Guardia Civil, tenemos obligatoriamente que bordear una impersonal nave, levantada en el lugar en el que en su día había casas, y pisar por terrenos privados ya que el camino público original, que aparece a la izquierda de la imagen y que desemboca en la plaza de El Coso y continúa hasta la iglesia, estaba cerrado al tránsito por la Guardia Civil.

Para la inmensa mayoría de los asistentes era la primera vez que volvían a Villaescusa y las primeras lágrimas, al ver el estado actual y la brutal transformación sufrida de lo que fue su pueblo, van irremediablemente apareciendo.
Poco a poco vamos subiendo por lo que un día fue calle Mayor o de la Iglesia que estaba cuajada de casas a izquierda y derecha. Hoy solamente podemos observar los escombros esparcidos de las casas, los escombros también han sepultado, otra sorpresa, las calles públicas de hechura y trazado medieval que desembocaban a ambos lados de la calle Mayor, también las demás calles, callejones y plazas de Villaescusa, están desaparecidas bajo los escombros,
¿por casualidad?

Vamos de sorpresa en sorpresa.
Según vamos subiendo a la iglesia llegamos a la altura de lo que fue la escuela pública de Villaescusa que tantos buenos recuerdos, para la mayoría de los participantes, atesora entre sus inestables muros. A su lado la casa que fue de Daniel y Esperanza, hoy de sus hijos, incuestionables y legítimos herederos. El resto de casas y calles que las acompañaban en su entorno también han desaparecido. Entre la escuela y la casa se pueden ver los restos del Pósito Municipal.

Llegamos a la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción, hoy en un entorno desolado y hostil, sin las casas y el calor humano que la rodeaban y expuesta a su mala suerte sin que, hasta el momento, los responsables civiles y eclesiáticos hayan adoptado una decisión que permita mantenerla con la dignidad que su historia merece.
Esta marcha pretende llamar la atención sobre su estado y su factible recuperación si las partes implicadas aúnan voluntades positivas.

La iglesia románica y la posterior sacristía destejadas ambas desde 1999, la cubierta centenaria expuesta a lluvias, nevadas y heladas, el hundimiento de parte de la misma arrastrando el coro consigo, el ábside con una gran hienda que hace vaticinar que sus piedras terminarán más pronto que tarde en el suelo, todo el conjunto por igual expuesto a condiciones climatológicas y ambientales extremas corre un serio peligro. No nos cansaremos de recordar a quienes tienen responsabilidad en la materia la necesaria y urgente actuación de verdadera consolidación ante la ruina provocada desde 1999 hasta la actualidad.

La fachada sur también ha comenzado a agrietarse, seguramente como consecuencia del derrumbamiento del coro, y la espadaña del antiguo campanario ha iniciado una peligrosa inclinación que no presagia nada halagüeño.

La buena vista de un descendiente de Villaescusa quiso que las piedras de la iglesia nos revelasen uno de sus mayores secretos mejor guardados y desconocidos hasta ese día para todos, incluso para los estudiosos del Románico que hasta la iglesia han llegado. Ante él se mostró, en todo su esplendor, un sillar epigrafiado con la firma, nada más y nada menos, de su creador, GILEM. La firma ha tardado casi ocho siglos en hacerse visible y en este día, tan especial para todos, no quiso pasar desapercibida mostrándosenos como ejemplo de supervivencia pese a los avatares que le han tocado vivir y que le están tocando en pleno siglo XXI.


Cuando nos encontramos en la iglesia hizo acto de presencia el Alcalde de Peralveche quien, en declaraciones a la corresponsal de El Día de Guadalajara, Marta Perruca, que cubrió espléndidamente la información de la jornada, afirmó con rotundidad que tanto el camino de acceso desde Peralveche como media docena de caminos más son vías vecinales que unen Villaescusa con poblaciones como Escamilla, Torronteras, Hontanillas, Salmerón, La Puerta y Viana de Mondéjar, todos son de "titularidad pública" manifestó.

Desde la iglesia podemos observar el Ayuntamiento de Villaescusa, hoy la mitad del edificio ha desaparecido y la otra mitad está en precario estado. Igualmente las casas, plazas y calles tradicionales que lo rodeaban han desaparecido o están bajo los escombros. Al fondo divisamos el cementerio, junto al también desaparecido camino público de Escamilla que coincide con la vía pecuaria Cordel de Carrasalmerón.

Por cierto, observamos que la fuente pública de El Coso, datada en 1960, ha desaparecido, ¿tiene el Ayuntamiento de Peralveche conocimiento de ello o ha expedido licencia para su supresión? La respuesta es, sencillamente, NO
En la planta baja del maltrecho Ayuntamiento se abre una puerta de acceso a lo que fue un horno de pan cocer comunal ya citado en 1752 en el Catastro del Marqués de la Ensenada, si nos asomamos podemos ver sus restos.

Entre las ruinas del interior todavía se puede observar la boca del horno que tantos panes y tortas coció.

Desde la iglesia divisamos las instalaciones públicas del lavadero y la fuente de El Gamellón, hasta allí se dirigen algunos asistentes y los peregrinos de la Ruta de la Lana ya que la fuente se encuentra en el camino público de Viana de Mondéjar que es el destino de la jornada de hoy para ellos. Para llegar hasta la fuente han tenido que sortear una puerta más en el camino de la Ruta de la Lana y se encuentran con el lavadero público parcialmente vallado.

Nueva y desagradable sorpresa. La fuente pública de El Gamellón, que en tiempo de sequía abastecía a los habitantes de Villaescusa, ya que nadie del lugar la recuerda seca, luce un cartel y está pintada con un letrero que advierte "Agua no potable" y con una licencia de concesión de agua, suponemos que en ningún momento esa concesión dará derechos de propiedad sobre la fuente en sí, que debe seguir siendo pública. Y la pregunta es ¿tiene el Servivio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil, SEPRONA, conocimiento de esta circunstancia contaminante?, y si lo tiene, ¿qué medidas ha adoptado para averiguar quien es el causante de la contaminación y qué medidas ha tomado para corregir esa anómala situación? ¿Se pueden utilizar aguas contaminadas en régimen de concesión y para qué se utilizan? ¿Quién puede y debe responder a estas y otras cuestiones?

Estas buenas aguas deben volver a ser potables, como siempre lo han sido, y estar a disposición de los peregrinos y ciudadanos que libremente transiten por los caminos públicos de Villaescusa de Palositos.
Desde la iglesia divisamos también el cementerio municipal de Villaescusa de Palositos. Allí descansan muchos de nuestros familiares, bisabuelos, abuelos, padres, hijos, hermanos, tíos y hoy, 29 de abril de 2006, venimos a ofrecerles un sencillo homenaje en reconocimiento a su abnegada vida en favor de sus descendientes, trabajando las tierras que les rodean y cuidando el entorno con la sabiduría de la que hacen gala los que están en permanente contacto con la naturaleza.
Para ellos nuestro eterno agradecimiento.


Hacia el cementerio municipal pretendemos dirigimos por el camino natural atravesando, como siempre se ha hecho, la plaza pública de El Coso y tomando el hoy casi desaparecido camino público de Escamilla que pasaba por delante del campo santo. Pero en esta ocasión, no es la doble valla existente en el camino público poco antes del cementerio la que nos impide el paso, sino un grupo de guardias civiles que nos obligan de nuevo a desviarnos de viales públicos y realizar un rodeo pisando nuevamente y paradójicamente, terrenos privados.

Pacíficamente, como era nuestra intención durante toda la marcha, accedemos al nuevo rodeo obligado, bordeando por terrenos privados otra impersonal nave-cobertizo, y llegamos hasta el cementerio municipal de Villaescusa de Palositos cargados con nuestras flores. La agotadora jornada, son casi las 5 de la tarde, no hace mella en nuestros deseos de honrar a nuestros familiares.

Este es nuestro humilde recuerdo para nuestros ascendientes y familiares en este 29 de abril de 2006.
Nos ha costado llegar hasta aquí pero, a pesar de algunos, hemos cumplido nuestro objetivo y ha merecido la pena.
Esperamos que la próxima vez la cordura de las partes implicadas no compliquen un acto tan entrañable como este.

Deseamos que sigáis descansando en paz en vuestra tierra.
Nuestra obligación es velar para que siempre sigáis descansando en el lugar actual.
Desde el cementerio echamos una mirada a lo poco que queda de Villaescusa de Palositos presidida, como siempre ha sido, por los casi ocho siglos de su románica iglesia que Gilem construyó para que permaneciese allí.

Terminada nuestra ofrenda cerramos la puerta del cementerio y nos tomamos un pequeño descanso, que algunos aprovechan para reflexionar o para recordar a sus deudos, antes de tomar el camino de regreso.

De vuelta a la explanada de la Finca de Briones, casi a las seis de tarde, reponemos fuerzas ya que llevamos prácticamente todo el día en ayunas y más de seis horas al sol. Comienzan las despedidas con el deseo unánime de que esta debe ser la primera jornada, a la que deben seguir otras, para reiterar nuestra reivindicación de la rehabilitación de la iglesia románica y la libre circulación de peregrinos y ciudadanos por los caminos públicos que convergen y atraviesan Villaescusa de Palositos y poder llegar, sin innecesarios permisos de nadie, tanto al cementerio como al resto del pueblo y poder disfrutar del entorno público y de las buenas aguas, libres de contaminación, de las fuentes públicas.
La Guardia Civil presente ese día, por boca de su responsable, nos aseguró que se iba a comenzar una investigación sobre la titularidad pública de los caminos, deseamos una rápida gestión y que, de una vez por todas, su intervención sirva para liberar de vallas los caminos que desde tiempos inmemoriales han permitido circular libremente a quienes han querido transitar por ellos.
Un grupo de veinticuatro asistentes decidimos presentar una denuncia ante la Guardia Civil del puesto de Pareja en la que pormenorizamos en ocho puntos las supuestas ilegalidades constatadas durante nuestra visita en la jornada del día 29 de abril de 2006.

Como colofón solamente nos resta agradeceros a los que allí estuvisteis vuestra presencia y vuestro saber estar y recordar, a los que estas líneas lean, que el respeto mutuo es la clave de la convivencia, por eso hay que respetar lo que verdadera y legalmente sea privado, pero también hay que respetar lo que verdadera y legalmente es público, es decir, de todos en Villaescusa de Palositos.

Ahora, si te apetece ver el pueblo tal y como era, libre, sin vallas, sin puertas, sin cadenas, con casas, con calles, con plazas y, sobre todo, con gentes honradas, trabajadoras y acogedoras puedes pulsar aquí.

También, si quieres, puedes leer una recopilación de noticias publicadas en varios periódicos haciéndose eco de la marcha pulsando aquí.


Nota: En algunas imágenes donde la extensión de la marca de agua dice .com
debe ser .es


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